sábado, 28 de marzo de 2015

De víruses

Ese plural de virus no existe. Aunque es bonito. A mí personalmente me gusta más que el otro. Pero no lo busquéis. 
Soy filóloga, yo puedo hacerlo. 
No, realmente no puedo. Y no sé hasta qué punto contraviene el código deontológico de los filólogos. 
Pero puedo escribirlo. Físicamente  estoy capacitada para ello. 
En eso se basa el principio de la diferencia entre el "can" y el "may". 
(Siempre he envidiado los teoremas y los principios matemáticos, en cuanto a concepto me refiero; el contenido es el mismo blablabla rollazo de siempre) 
Tal vez os haya mencionado ya en alguna ocasión a Sor Miriam, la directora del colegio Jeanne d'Arc, y también mi primera profesora de inglés. Ella fue como aquel que dice uno de los artífices de que quisiera estudiar inglés.  Ella y las canciones de Madonna. Y Morten Harket.
El caso es que Sor Miriam nos enseñó dos cosas fundamentales. Una de ellas la diferencia entre el "can" y el "may" con aquella anécdota de una sobrina suya que estando en Inglaterra le preguntó a la casera: 
- Can I smoke?
- Yes you can but you may not.
La otra y que no he conseguido corregir desde entonces fue a pronunciar el "can't" a lo francés, a lo "quant" o "kant". El cual suena desgraciadamente muy parecido a "cunt", que es coño o zorra en inglés. Sí. Una monja me enseñó a pronunciar "no puedo" a lo coño. Cosas más extrañas suceden más a menudo por otra parte. 

Y cuando ya me preparaba para irme de vacances, con todo el estrés añadido de las despedidas que ello supone, no os imagináis lo retorcido que llegan a plantearse las despedidas algunas personas, es delirante, algún día os contaré, pero para resumir, estaba yo en ello cuando plof, un virus me ha postrado durante día y medio y me ha dejado tan floja que la verdad es que ni me he enterado de viernes de Dolores.

Lo malo de los víruses es tener que decirles a los compañeros que te encuentras mal porque un virus intestinal  te tiene secuestrado el estómago, vamos, que estás con- que te estás- que tienes- joooo, y que tú en el insti no piensas hacer esas cosas porque tu código ético-moral te lo impide, vamos, once años que llevaba aquí, que claro que para lo que me queda en el convento, me podría, y mira tú, literalmente, a lo bestia, pero que no, me niego, mi cuerpo se niega, no puede, prefiere reventar, va en contra del código ético-moral de mi cuerpo, claro que podría recurrir a uno de los cuatro cuartos de baño secretos que hay esparcidos en el centro, (¡hay cuatro cuartos de baño secretos y sólo he visto tres de ellos!!! ¿dónde está el cuarto?? ¿me podré ir de Macael sin conocer cada uno de los rincones secretos del centro??? cuánto estrés) y suplicar a los detentores de las cuatro llaves mágicas de los cuatro cuartos de baño secretos que me dejaran una, tengo mis métodos, pero es que eso de violar santuarios no va conmigo,
así que jo qué mal. 

Lo bueno de los víruses es que te dejan tan grogui que no te enteras de nada durante día y medio, y eso cuando se sufre mucho por todo como una servidora es un bálsamo, una situación idílica, casi una bendición.


¡¡Feliz Semana Santa a todos!! ;P

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