lunes, 24 de junio de 2013

Un lunes cualquiera

Está por un lado lo que quisieras hacer y por el otro lo que debes. El problema surge cuando una cosa no coincide con la otra. Y ya puedes darle la vuelta a la tortilla una y otra vez y decirlo como quieras, seguirás oyendo esa dichosa vocecita que te recuerda que por más que logres engañar a todos con tu miradita de perrita degollada te va a quedar por delante un mar de remordimientos y de mala conciencia difíciles de franquear. 


Está también la gente que te importa y están los indiferentes. Y cuando llego, si no encuentro su mirada o no oigo su palabra amable, el día por lo general no empieza bien. El por qué es él y no otro no lo sé. Será por los años que llevamos juntos embarcados en el mismo barco.


Está lo que cuentan y está la realidad, y cuando dejamos que lo que cuentan contamine nuestra realidad todo se acaba estropeando muy a nuestro pesar.


Y hoy tampoco es un lunes cualquiera pues es el último de este curso escolar que finaliza por fin, nunca un año llevó tan bien su estigma, el de número 13 en este caso, y recalco lo de 13 porque ha sido extremadamente intenso y agotador en y para todos los sentidos, y mal que me pese, aunque no me guste el verano, he de admitir que en este caso se hace necesario un stand-by. Para tranquilizarnos todos. Meditarlo todo bien. Volver a ser nosotros sin desquicios innecesarios.Y cuando me refiero a nosotros, me refiero a mí.


Me voy de cervezas o de vinos!!! Vivan los juanes!!!

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