sábado, 26 de enero de 2013

Divagaciones de una hipocondríaca kamikaze

Me duele el meñique de la mano derecha desde creo que Navidad. Después de mucho analizar y toquetear mi meñique, he llegado a localizar la fuente del dolor y esta se sitúa en un punto de la articulación por encima de la falange proximal. No es continuo, viene y va  cuando se le antoja, sin seguir ningún patrón de conducta que yo identifique. Ahora mismo me está doliendo y por ello me ha entrado la melancolía por mi minúsculo dedo enfermo. ¿Será un esguince, una fractura, una enfermedad terminal? ¿Podré seguir viviendo sin mi meñique? Es algo que prefiero no plantearme ahora mismo.


Esta semana mi memoria me ha dado tres toques... El primero fue cuando me puse a buscar las botas nuevas que le he comprado a la peque. Las estaba buscando en la planta baja de la casa y viendo que no lograba encontrarla cuando tenían que estar ahí porque las había bajado el día anterior para enseñárselas a los abuelos, le pregunté a mi marido si las había visto. Me dijo que yo las había subido de nuevo. Y efectivamente estaban arriba, hecho que aún no me explico porque no recuerdo haber hecho nada con los botas después de bajarlas. Al día siguiente, en plena clase de 2ºESO, y por primera vez en mi vida fui incapaz de recordar el momento y las circunstancias en que había explicado tres días antes los pronombres COD y COI. Hasta ahora siempre había podido recordar los ejercicios realizados, las dudas surgidas etc, pero aquella mañana fui incapaz de hacerlo y sin embargo, vi que había garrabateado en mi programación que había explicado y ejercido el punto. Aquella misma tarde, en el mercadona, tuvimos que elegir entre dos clases distintas de velas para la tarta de cumple de la niña, una vela en forma de cuatro y otra de las clásicas, a vela por año. Elegimos las velas clásicas. Hasta que llegamos a casa y a la hora de guardar las compras, descubrí la vela en forma de número. Entonces mi marido me dijo que esa era la que habíamos elegido al final. De nuevo, agujero negro en la memoria. ¿Qué le ocurre a mi memoria? ¿Será una enfermedad degenerativa precoz y fulminante, una carencia de vitamina B12, será producto del enorme estrés al que estoy sometida a diario? ¿Me convertiré en una abueleta prematura de cuarenta años de las que se les olvida quitarse las zapatillas para ir a un trabajo del que no recordaré que me han prejubilado  y a la que los demás hablarán con compasiva dulzura? ¿Seguiré siendo la misma sin mi memoria? Es algo que prefiero no plantearme ahora mismo.


Ayer sentí que me dolía la pierna izquierda al subir las escaleras. Focalicé el dolor a nivel del muslo derecho, justo debajo del cuadríceps....

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